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miércoles, 31 de octubre de 2012

TU PESO NO CUENTA LA VERDAD


¿Es realmente el peso corporal un índice correcto para medir la eficacia de un programa de peso?



Mi respuesta rápida, clara y concisa es NO. Tu peso te ofrece un dato incompleto sobre tu composición corporal que además está sobrevalorado. Es muy fácil subirse a un báscula y decir ¡he perdido 3 kilos!. Muy bien, eso es genial, pero esos tres kilos en qué se traduce: ¿en pérdida de agua? ¿en pérdida de grasa? ¿o en pérdida de tejido muscular?. El peso nos ofrece el total de éstos tres factores pero no nos permite diferenciar qué es lo que realmente se está reduciendo. Pongamos un ejemplo: 

Dos sujetos: 

  • Sujeto A: Con un Peso total de 80 kg y un 26% de tejido graso. 
  • Sujeto B: Con un Peso total de 80 kg pero un 12 % de tejido graso. 

¿Cual de los dos se verá mejor? Evidentemente el sujeto B, puesto que la mayor parte de su composición corporal es tejido magro (músculo), lo contrario del sujeto A, que del total de su masa tiene un 26% que corresponde tan solo a tejido graso. 

El hecho de valorar la eficacia de un programa de adelgazamiento basándonos solo en un índice como el peso es una completa estafa, y para muestra otro ejemplo. Recuerdo una vez, antes de adentrarme en el mundo del fitness, que acudí a una conocida red de franquicias especializadas en programas de pérdida de peso. Lo primero que me impactó en la primera visita con mi "supuesta" nutricionista fue que estaba OBESA.  Pero no sólo en unos cuantos kilos, sino que desde mi ignorancia calculé que se excedía en unos 20 kilos por encima de su peso ideal, lo que me hizo pensar que si ni ella era capaz de controlar su propio peso corporal poca cosa iba a poder hacer por mi. Superado el shock inicial la señorita me hizo una batería de preguntas mientras tecleaba los datos en su ordenador. Luego midió mi estatura, me pesó, y me hizo una prueba para medir la composición corporal. Todo ésto con la mayor apatía del mundo, sin informarme para qué servían todas aquellas pruebas y cual era el objeto de sus pesquisas. A continuación me imprimió un "modelo de dieta" y una lista ENORME de alimentos "permitidos", con otra lista (también enorme) de todo lo que no podía "ni oler". Me dijo que mi mayor problema era que retenía una cantidad elevada de líquidos y a continuación me "recetó" en un post-it varios productos que otra señorita me despachó a la salida. Total: 30 euros en productos entre los que se incluía unos viales orales de alcachofa y rábano (diuréticos), un paquete de fibra en bolitas sabor manzana (para ir al baño según ella, cuando mi transito intestinal era perfecto) y unas pastillas de Garcínia Cambogia (una planta que provoca sensación de saciedad). Yo lo que pretendía era perder grasa, pero la señorita se paso "por el arco del triunfo" mis pretensiones y me prescribió una dieta para perder agua que más tarde descubrí que ni siquiera me sobraba. ¿Sabéis lo que ocurrió? Que perdí peso, 6 kilos para ser más concretos, pero SOLOperdí agua, con lo que cuando volví a comer de vez en cuando aquello que tenía prohibido subí los kilos en cuestión de días. Mi cuerpo no había tocado ni un gramo de grasa, que seguía allí tal cual, sino que se me había inducido a una deshidratación que me produjo una falta de energía total y unos dolores de cabeza terribles en lo que duró la dieta. A eso yo lo llamo MALA PRAXIS, engañar con valores y resultados que no son ciertos. Hoy me encantaría volver a aquella consulta y explicarle a la "supuesta nutricionista" lo mal asesorada que está ella y lo mal que asesora a sus clientes. Evidentemente, pese a mi ignorancia en el tema, detecté lo que estaba ocurriendo a tiempo y abandoné las visitas a tiempo, antes de que el perjuicio fuera mayor que el problema.

¿A dónde quiero llegar con todo ésto? Mi objetivo con esta entrada es evidenciar que un índice como el peso corporal no indica por sí solo qué es lo que necesitas perder y MENOS AÚN es indicativo de avances directos sobre la pérdida de grasa. El peso corporal es un índice tan variable que incluso puede llegar a fluctuar entre 2 y 3 kilos durante el transcurso del día, afectado por las comidas, si hemos ido al baño o no, la hora del día en que efectuamos la medición, etc... Es un índice de muy fácil acceso, cualquiera puede tener una báscula en su casa y pesarse o acudir a la farmacia más cercana, pero lo que realmente importa es tener la certeza de que estamos perdiendo lo que nos interesa perder, que como norma general suele ser tejido adiposo. El mensaje que quiero transmitir es que hay que desconfiar de lo que dice el peso corporal y analizar de forma más profunda y mediante las técnicas adecuadas (de las que ya hablaremos en otra entrada)la composición corporal. 

Hacer una mala dieta no solo confunde lo que representa tu peso, sino que tiene unos efectos secundarios a corto y largo plazo nada deseables que llegan a ser peores que el problema principal. Pero esto también será motivo de otra entrada de este blog. 

Mientras tanto, te aconsejo "pasar" de la báscula por un tiempo y centrarte en comer cada día mejor, practicando ejercicio físico de forma regular. 

Jony 

domingo, 28 de octubre de 2012

L-CARNITINA: UN FALSO "QUEMADOR DE GRASAS"


DEJA DE "MEAR" TU DINERO Y APRENDE A VALORAR SI NECESITAS L-CARNITINA

La L-Carnitina es quizás una de las sustancias más controvertidas de los últimos tiempos y, según observo uno de los productos "de entrada" más habituales en los que se inician en el mundo de la complementación deportiva. Quizás sea por los escasos efectos secundarios que describe su administración, por la recomendación de un amigo, o por que tendemos a buscar un remedio rápido, barato y eficaz para perder esos kilos de más, la L-Carnitina se corona como una de las sustancias estrella en los llamados "quemadores de grasa". Las marcas de complementación deportiva lo saben, y casi todas ellas tienen en su catálogo productos que la utilizan publicitando efectos milagrosos en un corto período de tiempo. Pero las cosas no son tan fáciles ni la realidad tan simple, y ya te adelanto que la única forma de perder grasa es haciendo ejercicio. 

La L-Carnitina NO es un quemador de grasa, ni un catalizador de la misma ni nada que se le aproxime. Tampoco es un nutriente esencialpuesto que el cuerpo lo puede sintetizar en el hígado y en los riñones a través de la dieta, mediante aminoácidos esenciales, vitaminas y hierro. Su  función en el organismo está relacionada con la captación y transporte de grasas hacia el interior de las mitocondrias, situadas en el interior de las células y últimas responsables de la oxidación de los ácidos grasos. Así que en un primero momento se podría pensar que este proceso es perfecto si no fuera porque las mitocondrias sólo queman ácidos grasos en función de la demanda de actividad: a mayor necesidad de energía en un momento dado por el organismo mayor será la oxidación de las grasas. No sirve absolutamente de nada transportar los ácidos grasos hacia el interior de las mitocondrias si estas no los están degradando, y para que ésto ocurra es completamente imprescindible realizar ejercicio físico. Pero no cualquier ejercicio físico, sino un ejercicio físico aeróbico de intensidad moderada y de larga duración (al menos 30 minutos).

Es decir, lo que pasaría en tu cuerpo sería lo siguiente:

  • Comenzamos el ejercicio físico. Por ejemplo correr en la cinta durante 40 minutos a un ritmo de 130-145 pulsaciones por minuto. En este primer momento el cuerpo va a utilizar la energía del glucógeno muscular, glucosa y ácidos grasos libres en sangre. Aquí de momento no estamos recurriendo a las grasas almacenadas en nuestro tejido adiposo, por lo que en los primeros minutos aún haciendo ejercicio no estamos quemando "lo que nos interesa perder". 
  • A continuación, cuando esas reservas iniciales se han agotado, el cuerpo necesita recurrir al tejido graso para continuar produciendo energía y, es a partir de ahí, donde usaremos esos depósitos grasos y el aprovechamiento del transporte que realiza la L-Carnitina. 

Así que, por desgracia, la L-Carnitina ni es una sustancia milagrosa ni científicamente está demostrado que haya diferencias significativas en el total de grasa oxidada por el organismo mientras practicamos ejercicio, y menos aún sin actividad de por medio

A todo esto me pregunto: ¿qué sentido tiene tomar un producto que ya de por sí nuestro sintetiza de forma correcta para su función específica? ¿por qué perder nuestro dinero en restablecer en nuestro organismo una sustancia que ni siquiera sabemos si tenemos en déficit? ¿Por si acaso?

Nadie ha muerto por tomar una complementación de L-Carnitina, pero la lógica me dice que si ni tan siquiera sus efectos en relación con el deporte están demostrados científicamente  no vale la pena invertir en algo que, si te sobra o directamente no utilizas, vas a mear: por que sí, los excesos de L-Carnitina se expulsan a través de la orina. Imagino que a nadie le gusta mear su dinero, así que mientras no se demuestre lo contrario y no exista un déficit de L-Carnitina avalado por un análisis clínico, no recomendaría su uso como "quemador de grasa". 

El único método efectivo 100% que sí conozco y que sí tiene resultados empíricos es la práctica de ejercicio aeróbico de forma regular y una buena dieta, sana y equilibrada. Bueno, bonito, barato y EFECTIVO. 

Jony.